sábado, 17 de diciembre de 2011

Alemania: ¿una sociedad envenenada?

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El semanario alemán Der Spiegel publica un extensa entrevista a Wilhelm Heitmeyer, un importante sociólogo de la Universidad de Bielefeld. Este intelectual ha dedicado su carrera al estudio del extremismo, la violencia, la xenofobia y los conflictos étnicos y culturales. Ahora presenta las conclusiones de su estudio sobre los cambios experimentados por la sociedad alemana en el última década.

Prof. Wilhelm Heitmeyer, Januar 2003 Foto: N. Heitmeyer, Foto-Des. Honorar und Belegexemplar bitte an: Nele Heitmeyer Balduinstr. 22 20359 Hamburg Bankverbindung: HASPA, BLZ 200 505 50, Ktnr.: 1268508239Por desgracia, los alemanes no salen bien parados de este estudio, ya que Heitmeyer afirma que “el crecimiento de la brecha social en Alemania está corroyendo el sentido de la comunidad y envenenando a la sociedad”. Las brechas entre las clases o más bien entre las personas dentro de una misma sociedad muestran habitualmente el estado de salud de esta. La reacción del grupo ante estas diferencias fomenta la desintegración de la sociedad desde los grupos menos favorecidos, los cuales tienden a crecer en los tiempos que corren.

De forma concisa, durante la entrevista se deja entrever en todo momento la idea de que las convicciones teóricas en las que se basan sociedades, a priori tan avanzadas como las europeas, podrían estar en serio peligro. Heitmeyer asegura que en estos últimos diez años gran cantidad de individuos de la sociedad alemana han pasado a considerarse a si mismos como personas más valiosas que otros, rompiendo los ideales de igualdad que parecían tan asentados. Las conclusiones de este estudios muestran que el parámetro para medir quien es valioso para la sociedad alemana, es la utilidad y eficiencia practica y económica de su trabajo. Sin duda, nos encontramos ante un postulado de validez universal en la Europa actual, máxime si cabe en España. Aquellas ocupaciones que no producen un beneficio económico a corto plazo, se aprecian como absolutamente prescindibles, incluso caprichosas.

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Los individuos, en este caso los alemanes, introducen las varas de medir económicas en todos los ámbitos desde colegios a hospitales, pasando lógicamente por las propias interacciones sociales. En este sentido Heitmeyer afirma que “aplicar principios económicos para evaluar a las personas es inhumano”. Con ello busca alertar que de acuerdo con estos estándares, “los emigrantes, los indigentes, los discapacitados, los parados de larga duración, son menos que otros miembros de la sociedad alemana”. La realidad actual muestra que no hace falta ser un emigrante proveniente de una cultura radicalmente diferente, para no integrarse en la sociedad alemana. Si se cae en uno de los grupos a los que hemos hecho referencia anteriormente, las expectativas de integración y reconocimiento social son extremadamente bajas.

omedor_socialPodemos explicar de este modo como fácilmente culpamos al racismo y q la xenofobia, como principal fuente de la no inclusión social, cuando existen otras formas de discriminación social que en un momento determinado pueden afectar a cualquiera. Sin embargo, Heitmeyer reconoce que la sociedad alemana tiene un peligrosa relación con el racismo y la xenofobia que no puede achacarse en modo alguno a los mas jóvenes únicamente. En su docta opinión, las personas de más edad conservan actitudes proclives a la hostilidad y ello tiene consecuencias en los más jóvenes.

sg_Pfand_BM_Bayern_1066533bEl incremento de las diferencias sociales en Alemania en los últimos 10 años es otro de los datos que se revelan durante la extensa entrevista. Además la propia sociedad del país considera en un 92% que “los ricos se están haciendo mas ricos, mientras los pobres se empobrecen aún más”.

En este contexto social, en el caso particular de Alemania, están ganando fuerza movimientos relacionados con la derecha más radical, aupados por un trasfondo populista. Los delitos que se han descubierto recientemente por parte de los simpatizantes de estos movimientos han sacudido las portadas de los medios de toda Europa. Detrás de todo ello hay que entender según Heitmeyer el hecho de que la “predisposición a cometer delitos por parte de personas del ámbito de la derecha extrema ha aumentado un 16% en solo un año”. Sin embargo, lo más sorprendente es que al menos un 10% de la sociedad alemana apoya las formulas populistas de la extrema derecha.

thilo sarrazinWilhelm Heitmeyer, no perdió la ocasión de hacer mención de un personaje tan inquietante como es Thilo Sarrazin, antiguo ejecutivo del Bundesbank y miembro del SPD, el partido de Angela Merkel. Recientemente ha escrito un libro, “Deutschland schafft sich ab”, de contenido incendiario contra los extranjeros que viven en Alemania. Esta obra ha tenido un éxito arrollador entre las clases medias alemanas, preocupadas por perder su estatus en las actuales circunstancias, en palabras de Heitmeye

Los cambios en la sociedad alemana que se escenifican con el éxito de Sarrazin, son calificados en opinión del entrevistado como: “tan graduales que no son objeto de debate”, sin embargo son extremadamente peligrosos, podrían estar llevando a la decadencia de la democracia. En su opinión, grandes capas de la sociedad alemana carecen ya de expectativas y confianza imagesen la política y los políticos, “se han rendido”. El miedo de las personas a perder su estatus, su puesto de trabajo, esta paralizando a la sociedad, la única excepción son los movimientos que acampan en ciudades como Frankfurt, pero Heitmeyer nos previene explicando que, “a quienes tienen buenas razones para protestar les falta fuerza para hacerlo”.

Pese a que las cifras de paro y económicas de una gran potencia como Alemania son mucho mejores que las de otros países de su entorno, la realidad es que la perdida del estatus social de las personas es uno de los grandes temores que persisten en sus sociedad, dada la inestabilidad social que provocan crisis y situaciones como las que se están viviendo en la actualidad.

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La ruptura social no viene únicamente desde abajo, cuando se cae en la pobreza o la marginalidad. Heitmeyer nos indica que las elites y quienes tienen mayores ingresos tienden a apoyarse mutuamente mucho más de lo que lo hacían hace una década. 10_752132541a228747f694516faed15d38Asegura que las clases que durante décadas se beneficiaron de las políticas de redistribución son los mismos que ahora luchan contra el salario mínimo, el impuesto del patrimonio o el de sucesiones entre otras medidas. A todo esto lo define como “la lucha de clases desde arriba”, invitando a reflexionar sobre si los fundamentos de la sociedad tal y como la conocemos, no solamente en Alemania, están en peligro. En una sociedad en la que los valores de cohesión, como son la solidaridad o la equidad, se están perdiendo, adquiere sentido el dato que Heitmeyer aporta: “el 64% de la sociedad alemana cree que la lucha por la justicia no tiene sentido”.

Finalmente considero que el lector que ha llegado a este punto se habrá formado una opinión personal sobre el tema, que a mi juicio puede extrapolarse en buena medida a la situación de la mayoría de los países europeos. Es posible que Heitmeyer no sea el más imparcial de los observadores para juzgar a la sociedad alemana, sin embargo su discurso al menos debe invitarnos a la reflexión. Concordar con sus puntos de vista y conclusiones no es imprescindible para apreciar el mensaje. No es necesario encontrarse en niveles cercanos a la exclusión social para plantearse los peligros que representaría el hecho de que el proceso social al que nos referimos se lleve finalmente a cabo. Sin duda escribe para aleccionar a las elites, pero aun más a las clases medias, verdadero motor, pero también alma y conciencia de las sociedades europeas, al menos hasta el presente.

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